Amar...un círculo vicioso



Duele amar, es cierto. Despiertas cada mañana sin saber que te depara el día, si saber si te sigue amando, aquella por la que te desvelaste tantas veces. Duele no poder ver el futuro, no saber cuánto durará esta vez, ni si en realidad te aman tanto.


Y cuando termina...Dios! Poco es tan doloroso como el terminar de una relación, y miras al cielo preguntándote adonde se fueron las estrellas que veías con ella. La mente juega bromas muy crueles a veces, y cuando estás enamorado se vuelve un bromista aún más cruel. Crees todo a ciegas esperando que sea verdad, con miedo, con duda...pero crees.


Pasan los días y no sabes si te llamará, o si llamarás tú. Y los días se vuelven semanas, y las semanas se vuelven silencio, y el silencio se vuelve angustia. Y la mente deja de bromear y enciende la luz. ¡Se acabó! Es como si pudieras escuchar el "clic" en el alma, algo se rompió, y sabes que no hay marcha atrás, es la sensación de caer al vacío, no ves el suelo, sabes que no tienes de donde sujetarte, y la angustia te comienza a ganar, porque esperas el impacto que volverá todo tinieblas.


Y todos tus amigos te repiten que es solo una etapa... y no les crees. Aunque sepas que tienen razón, que volverás a amar, que encontrarás a alguien que te haga ver estrellas donde no las hay, y por quien te desveles sin importar el cansancio...y tal vez, solo tal vez, esta vez sí sea tuya, y tú de ella... para siempre.